A veces solo tenemos ganas de dormir, o simplemente somos personas q las que no les gusta demasiado ser activo en la cama, sino que sea la otra persona la que ponga toda la emoción y pasión en el asunto.
Si eres así, puede que a muy pocas chicas antes de conocerte les apeteciese acostarse contigo si lo supiesen, ya que los hombres normalmente somos los que más actividad corporal tenemos mientras mantenemos relaciones sexuales.
También puede ocurrir que ese día simplemente andes desganado, o sin fuerzas, pero no puedes evitar ponerte cachondo y necesitar que te den un poquito de amor.
A continuación, vamos a relatar algunos de los trucos que podemos utilizar durante el sexo cuando nos faltan ganas de hacerlo:
Todos sabemos que necesitamos limpiarnos, o en este caso nuestra pareja cuando tenemos relaciones sexuales, ya que podemos terminar algo manchados de semen o incluso flujo vaginal.
Por ello, se suele dejar una caja o paquete de pañuelos a mano, o incluso el rollo de papel higiénico, si lo que no te apetece es ir hasta el baño una vez que hayas terminado la faena.
El sexo oral es una de las formas en las que podemos practicar sexo sin movernos demasiado, ya que podemos estar tumbados, uno encima del otro, o incluso al borde de la cama, mientras mueves únicamente la boca.
Es el único órgano de tu cuerpo que necesitarás mover para ello, y si estás cansado o dolorido, pero también muy excitado, será una buena forma de no dejarlo para otro momento.
Si por otro lado, hacemos la cucharita o de lado, como prefieras llamarlo, ninguno de los dos se tendrá que ejercitar demasiado, ya que lo único que tendrás que mover será la cintura para poder penetrar perfectamente.
Cuando es invierno, es algo agradable no tener que desprendernos de la ropa cuando vamos a practicar sexo, ya que estaremos calentitos en todos los aspectos. Pero en verano esto también puede resultar un poco agobiante.
Si después de hacerlo vais a dormir directamente, podéis desvestiros, pero en el caso de que tras ello tengáis que hacer algo, lo mejor es dejaros la ropa puesta, ya que os llevará menos tiempo poneros a la acción.
Si hacemos eso, es una buena forma de no tener que cambiar las sábanas o el edredón después de hacerlo, ya que podrían resultar manchados después de tanto ajetreo. Que no tengas que cambiar las sábanas no quiere decir que no tengas que dar un agua al menos a la toalla, ya que puede que haya sido manchada o sudada.
La ducha o la bañera puede ser un buen sitio para practicar sexo, y sobre todo para pegarte la ducha que te hace falta o, lo mejor de todo, para evitar el sudor y las manchas que puede acarrear tener relaciones sexuales, ya que mientras que lo hacéis os estáis lavando el cuerpo, y matáis dos pájaros de un tiro.