Desde que las webcams de sexo emergieron como uno de los servicios eróticos más populares de internet, miles de colombianos (hombres, mujeres o transexuales) se unieron a esta profesión que tantas ventajas ofrece. La industria de las webcams es fundamental en Colombia. De hecho, el país cafetero es el que más modelos aporta al sector tras Rumania. Tan solo en la ciudad de Medellín, se estima que hay instalado más de 2000 estudios o plataformas de chats porno. Dato que asciende a la increíble cifra de 8000 en toda la nación. Sin embargo, tras los recientes acontecimientos acaecidos por la pandemia, la floreciente industria del modelaje colombiana se ha estancado en los términos que les interesa a los trabajadores. Colombia fue una de las naciones que más sufrió los efectos del confinamiento. De la noche a la mañana, millones de ciudadanos perdieron su trabajo o fueron obligados a trabajar desde casa por un salario más bajo. Fue entonces, cuando miles de personas de esta nación tomaron la decisión de unirse a la industria de las webcams para poder seguir pagando sus facturas.
En pocos meses, cientos de ciudadanos apostaron por ser webcamer, con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales y vida privada, o bien emprender un nuevo negocio. No obstante, esto tuvo un efecto de saturación del mercado que se ha visto reflejado en la disminución de ingresos de las modelos. Hace un lustro, las webcamers principiantes aspiraban a tener un sueldo mensual de unos 800 euros, mientras que sus beneficios podían fácilmente alcanzar los 4.000 euros en los primeros seis meses. Un salario medio comparable únicamente con las profesiones de mayor prestigio en Colombia. En la actualidad, las nuevas modelos apenas obtienen la mitad de ese dinero: alrededor de 400 euros mensuales y 2.000 en seis meses. ¿A qué se debe este impacto tan negativo para las modelos colombianas? ¿Se están tomando medidas para su remedio? En este artículo, desvelamos todos los entresijos de este fenómeno.
Colombia fue uno de los países donde las consecuencias derivadas del confinamiento domiciliario causaron más estragos. Las restricciones provocaron que las principales entidades bancarias del estado registraran notables perdidas, la Bolsa de Valores de Colombia cayó en una espiral descendente y decenas de empresas de todos los sectores de la economía entraron en quiebra. Como resultado de esta serie de eventos nefastos, el desempleo entre la población creció de manera exponencial. Por aquel entonces, miles y miles de colombianos vieron la oportunidad de revertir esta situación de sus vidas adentrándose en la industria de las webcams de sexo. Trabajar en los chats porno se considera una de las profesiones más interesantes del mercado, ya que ofrece muchas ventajas frente a otros empleos: flexibilidad horaria, comodidad e, incluso, independencia económica. Además, quienes optan por esta profesión puede trabajar por cuenta propia o ajena (para estudios que les brindan todas las herramientas y el soporte necesarios).
Efectivamente, muchos ciudadanos del país cafetero apostaron por esta nueva profesión. Durante los primeros meses, las nuevas modelos comprobaron que su nuevo empleo les proporcionaba cierta independencia económica que sus antiguos empleos nunca les habían ofrecido. Tal fue el crecimiento de esta industria en Colombia, que en 2022 se estima que 150.000 personas dependen de ella para sustituir. De esta cifra, aproximadamente 100.000 puestos corresponden a modelos por webcam, mientras otros 50.000 están vinculados a otras ramas de la industria (monitores de estudio, informativos, administrativos, propietarios, etc.). Además, los beneficios de este sector se han duplicado tras la pandemia, hasta alcanzar los 600 millones de dólares en 2022. Actualmente, la industria colombiana se consolida como una de las más dinámicas y avanzadas del planeta dentro de su género.
El modelaje webcam en Colombia es una actividad que desempeñan tanto hombres como mujeres o transexuales. Sin embargo, las mujeres tienen total preponderancia en dicha industria, puesto que representan el 90% de la oferta, con un 5% ocupado por las parejas, un 3 % los hombres y un 2% los transexuales. Nadie puede negar que esta es una clara representación del problema al que se enfrenta el mercado de trabajo colombiano. La población masculina tiene acceso a las mejoras profesiones de la economía y su sueldo es mucho más elevado que el de la población femenina. Esto ha contribuido a tasas muy elevadas de pobreza entre las mujeres, quienes han tenido que mirar hacia otras industrias como las webcams XXX para sostener su economía.
Cuando entraron en esta industria, miles de hombres y mujeres se percataron del enorme potencial económico que puede significar trabajar en las webcams de sexo. Esto provoco que muchísimas personas se unieran al sector de la noche a la mañana. ¿Cuál fue el resultado de esta dinámica? Pues muy sencillo: que el mercado se saturó. Mientras que la oferta se disparaba, la demanda seguía siendo la misma. Las consecuencias de esta ley de oferta y demanda son evidentes: ahora, la competencia entre las modelos para captar clientes es mucho mayor y, por tanto, los beneficios son menores. Por otra parte, los estudios de webcams también sufrieron los efectos de este fenómeno. Las modelos que trabajaban en estas plataformas, al ver que sus comisiones caían en picado, optaron por trabajar de forma independiente. Esto significo la quiebra o la fusión para los estudios de pequeño tamaño, mientras que las grandes plataformas multiplicaron sus beneficios.
Pese a todas estas dificultades, la industria de los chats porno en Colombia está sabiendo como reinventarse para seguir hacia delante. Las empresas dedicadas a este sector están tomando muchas medidas encaminadas a incrementar sus beneficios y el de sus modelos. Entre las nuevas propuestas laborales que ofrecen a sus modelos destacan:
1. Incrementos salariales: la mayoría de los estudios han comenzado a pagar más a las modelos por sus retransmisiones. En algunos casos, el incremento salarial supera el 50%.
2. Nuevos equipos tecnológicos: muchas plataformas están ofreciendo webcams, computadoras, dispositivos móviles o juguetes eróticos gratuitos, o bien con una reducción significativa de su valor a las modelos.
3. Mayor flexibilidad horaria.
4. Sitios dispuestos para la emisión: también se han dado muchos casos en los que las compañías ofrecen habitaciones en optimas condiciones para que las modelos emitan. De este modo, evitan hacerlo desde sus casas y que alguien pueda darse cuenta.
Al adoptar estos cambios dentro del negocio, podrían captar la atención de nuevos usuarios, aumentar los ingresos y garantizar la permanencia en un mercado colombiano que cada día se vuelve más competitivo.