Se supone que los tatuajes dan una imagen de rebeldía a las personas que los llevan, sobre todo en el caso de las mujeres. Esto es algo que a muchos hombres les atrae, el ver o conocer chicas muy atrevidas, a las que les guste jugar.
Además, coincide con que estas personas suelen ser mucho más atractivas, o al menos al llevar tatuajes hacen que su físico parezca mucho más bonito y sea más atrayente. Puede ser por eso que este tipo de personas tengan mayor facilidad para conocer gente, sean más extrovertidas, y es por ello que su actividad sexual es mucho mayor que las personas que no tienen ningún tipo de dibujo incustrado en su piel.
El Journal of Sexual Medicine publicó un artículo llamado “Tatuajes, Piercings, y comportamiento sexual en adultos jóvenes”, el cual se realizaba para conocer los diferentes hábitos sexuales que tienen las personas con tatuajes, piercings, y también las que no tienen ningún tipo de modificación corporal.
Para ello se escogió una muestra de 100 personas, tanto hombres como mujeres de 20 a 25 años con este tipo de rasgos, y a los cuales se les sometió a 59 preguntas sobre sus comportamientos sexuales a la hora de acostarse con alguien, sobre si habían sido víctimas o autores de acoso sexual, sobre su propio atractivo personal, y sobre sus propios tatuajes o piercings.
Tras evaluar las respuestas pudieron confirmar que las personas con modificaciones corporales son mucho más atrevidas que los que no llevan nada, es más suele coincidir con la pérdida de la virginidad, la cual realizaron a edades más tempranas que los otros. Además, puede ser coincidente con el mayor atractivo, que estas personas tatuadas o perforadas son muchísimo más activas sexualmente, y además les gusta mantener relaciones sexuales con frecuencia. Una de las cosas que más llama la atención es que en casi todos los casos la práctica sexual preferida es el sexo oral.
Muchas de estas mujeres comparten diferentes motivos o lugares del cuerpo en los que están localizados sus tatuajes: muslos, parte inferior del vientre o la espalda, y cerca de los genitales. Estos se los realizan como incitación al sexo, para provocar mayor excitación al acostarse con otra persona. Algunos de ellos, además suelen ser incluso frases incitadoras.
Esto suele coincidir en mujeres con mucho apetito sexual, para las cuales el sexo es uno de sus principales pilares de su vida. Además, según algunos estudios coincide en que estas mujeres suelen atreverse a mantener sexo en sus primeras citas, ya que tienen menos miedo a lo desconocido y se lanzan a conocer cosas nuevas.